domingo, 14 de diciembre de 2008

La realidad desfasada

Desde la aparición del primer reality show de convivencia en España (la primera edición de Gran Hermano), tal y como hemos podido observar en nuestra anterior entrada, han ido apareciendo sucesivas ediciones y copias que apenas aportaban alguna novedad insulsa. Podemos comprender, por ejemplo, el éxito de las primeras ediciones de Gran Hermano y Operación Triunfo, porque eran fórmulas que habían funcionado anteriormente en el extranjero y eran novedad en España. No obstante, no comprendemos como el público puede seguir consumiendo este tipo de programación que no descansa, raro es el mes en el que no haya un reality show en marcha en Telecinco o en otra cadena. Aun así, si que se percibe cierto desgaste en el seguimiento de estos programas, pero sigue resultándole más rentable a estas cadenas que si emitieran un programa cultural. Además, las cadenas (sobretodo Telecinco) se sirven de los personajillos que participan en ellos para rellenar su programación basura basada en el morbo de la polémica y la discusión fácil, pactada y cobrada, ya que son numerosos los casos de concursantes expulsados que se dedican a arrastrarse miserablemente por los programas de la cadena siendo recompensados por ello.

A continuación podemos ver como las ediciones de Gran Hermano han ido sufriendo un gran desgaste, a pesar de seguir gozando de una buena audiencia.

  • · Gran hermano 1- 54,3% de share.
  • · Gran hermano 2- 45,4% de share.
  • · Gran hermano 3- 36,8% de share.
  • · Gran hermano 4- 35% de share.
  • · Gran hermano 5- 28,4% de share.
  • · Gran hermano 6- 31,2% de share.
  • · Gran hermano 7- 27,4% de share.
  • · Gran hermano 8- 25% de share.
  • · Gran hermano 9- 28,3% de share.
  • · Gran hermano 10- 26% de share.

Evidentemente, la culpa de este desgaste no la tiene lo amarillista de la fórmula del programa, si no la explotación por parte de las cadenas. Por ejemplo, desde la cuarta edición de GH en España ha venido siendo la primera cuarta edición de GH en el mundo, la primera quinta edición de Gran Hermano en el mundo, así sucesivamente hasta la décima. Todo esto demuestra la falta de originalidad a la hora de crear nueva programación por parte de Telecinco que se dedica a repetir la misma fórmula una y a la que nosotros dedicaremos una entrada próximamente.

El problema es que esto no termina con las incansables ediciones de Gran Hermano sino que continúan realizando malas copias de dicho programa, poniendo como ejemplo cualquiera de los mencionados en la anterior entrada .Por otro lado tenemos el fenómeno Operación Triunfo, que en su momento fue todo un éxito y con el pretexto de mandar a los ganadores al Festival de Eurovisión en representación a España, se consiguieron altísimas audiencias que al igual que con GH irían descendiendo con el tiempo. Porque aunque en su primera edición resultasen novedosas, no terminamos de comprender como puede seguir teniendo audiencia en su sexta edición, sin cambiar apenas nada del programa y lo poco que se ha cambiado ha ido a peor, debido a que el nivel iba descendiendo edición a edición. Pero en su cambio de Televisión Española a Telecinco surgió el gran cambio que llevaba nombre propio, Risto Mejide, un personaje creado para provocar lo que el público quería morbo y polémica, lo que nos lleva a preguntarnos cosas como, ¿Pero este programa no empezó para sacar a nuevos talentos de la canción española?

Más tarde aparecerían otras variantes del reality busca talentos como son Popstars, Factor X o Fama, y que por lo visto piensan seguir repitiendo hasta la saciedad. Lo que resulta más preocupante son realitys como Supermodelo que promocionan valores tan superficiales como la belleza y la estética, y que son, en parte, causantes de problemas sociales tan graves como la anorexia o la bulimia.

A parte de todo esto, debemos preguntarnos que es lo que hace que haya gente que siga enganchada a este tipo de programación. Además del morbo suscitado al ser testigo de la convivencia de otras personas ajenas, los espectadores sienten que tiene el poder de juzgarlos y decidir quien sigue y quien no, que personajes quieren en su pantalla y que situaciones de tensión y mal rollo quieren. En resumidas cuentas, el espectador está enganchado al goce de esa falsa sensación de poder sobre los concursantes, ya que realmente no son ellos mismos quienes deciden.

Además, hemos buscado artículos para complementar nuestra opinión. Uno de esos artículos que nos ha llamado la atención es un suplemento de la página del diario El Mundo del año 2005 donde se empezaban a visualizar los estragos que ya estaba causando esta reality-manía por aquel entonces. En ese texto podemos observar como estos “personajes kleenex” (tal y como son nombrados en el artículo). En adición a todo esto, añadimos un enlace a otra publicación digital, en este caso de COMFER (Comité Federal de Radiodifusión de Argentina) sobre los realitys que nos ha parecido muy interesante y viene ampliando de una forma más técnica nuestro posicionamiento contra los reality shows.

http://www.elmundo.es/magazine/2005/288/1112388000.html
http://www.diegolevis.com.ar/secciones/Infoteca/confer_realitys.pdf


1 comentario:

el camaleón de tu vecino dijo...

He leído los artículos publicados hasta la fecha en este blog y debo decir que coincido en prácticamente todo lo escrito... pero me gustaría añadir una pregunta y una opinión... la pregunta que me surge es: ¿quien fue primero: la gallina o el huevo? y me explico... ¿Se han hecho estos programas esperando una reacción positiva del público o es la sociedad la que los ha demandado y por tanto las productoras se han decidido a hacerlo? Dicho de otro modo ¿hubieran cuajado este tipo de programas en la sociedad de 1978?

En fin... esto por un lado y por otro lado... mi opinión... respecto a lo de que operación triunfo o programas de este tipo ofrecen una oportunidad y tras el esfuerzo se puede llegar al éxito... no digo que los que participan no se lo curren... pero creo que transmiten a la sociedad una realidad falsa...(al margen de que al final va a ser cierto que lo que no sale en la tele no existe) o mejor dicho... una idea de que el camino para el éxito es por esa dirección... a través de la televisión... digamos que convierten algo artistico en algo aséptico y calculado... no creo que la interpretación de Joe Cocker pudiera ser la misma de haber salido de una academia de estas... ¿y no os da la impresión de que todos... con ligeras diferencias... pero todos cantan igual?

Resumiendo... nunca he conocido tantos y tantas personas que dicen ser cantantes como desde que empezó operación triunfo.

Espero no haber sido demasiado denso... de cualquier forma me alegro de haber tropezado con un blog como este... sobre todo porque aborrezco la televisión.
Dadle caña!