
Esta cadena también apoyaba a grupos españoles que, al no entrar dentro de los cánones de la música en español de la radiofórmula, jamás hubieran tenido alguna oportunidad de permanecer dentro del circuito independiente y aparecer en una cadena de televisión española. Además surtía de música fuera del circuito más comercial a algunos bares y pubs pequeños que no estaban dispuestos a poner música de los cuarenta o a pagar derechos a la SGAE por comprar las canciones sueltas o los álbumes.
Pero, todo lo bueno se acaba, y en el 11 de febrero de 2008 empezó a compartir emisión con un espacio de teletienda para, posteriormente, el 1 de julio de 2008 empezar la emisión de Disney Channel en su lugar. El Grupo Vocento (el propietario de FLY Music) consideró que su audiencia no era la esperada y, tras la entrada de Disney en el accionariado de Vocento decidieron cambiar por algo que resultara más rentable. Es cierto que FLY Music no gozaba de una audiencia que se pudiera equiparar al resto de las cadenas de música de la TDT, pero era una cadena nueva con un contenido novedoso dentro de España y, por lo tanto, cabía esperar aún más.
Después de la desaparición de FLY Music, el panorama de los canales de televisión en España es desolador, sólo disponemos de una cadena de música clásica promovida por la televisión pública (TVE) y 40 Latino en TDT, y en las “televisiones de pago” encontramos, además de éstas, 40TV, MTV, VH1 y MTV2. Todas ellas suelen poner la misma música que encabeza los rankings musicales del momento, exceptuando VH1 (que pone clásicos de los 60s, 70s, 80s y a veces 90s), la cadena de música clásica de la TVE y la MTV que , actualmente, de música más bien poquita. La MTV ya merece un caso aparte, ya que hace muy pocos años se presentaba como una cadena de música alternativa transgresora cuando había numerosas veces que el mismo videoclip sonaba en los 40TV simultáneamente. Esto hace pensar a gran parte de la audiencia que esa es la música que hay, que todos los artistas siguen ese camino para estar arriba del ranking adaptándose a los cánones del mainstream, cuando realmente no es así, ni mucho menos.
Por lo tanto, la televisión, a diferencia de la radio e internet, es un medio que reprime las alternativas musicales e intenta masificar e intensificar aún más si cabe el gusto por la música comercial. Esto no sólo es malo para las propias cadenas de televisión (y algunas de radio) que siempre reproducen los mismos contenidos musicales si no que también provoca que, curiosamente, su público tenga gustos calcados. Normal que la gente que tenga gusto por la música independiente huya de la televisión y reniegue de los grupos que le gustaban y han acabado apareciendo en ella, ya sea alguna de las MTVs o los 40TV (en esta última algo más raro).
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