Cualquiera que haya visto un par de capítulos de las principales series juveniles puede observar que hay ciertos valores o ciertos temas que suelen repetirse constantemente en todas estas series: sexo, alcohol, tabaco, otras drogas, homosexualidad o embarazos no deseados, por citar algunos ejemplos. Estos temas han sido tratados por las series juveniles durante los últimos diez años, pero la visión de estos temas o valores ha tenido una evolución o, mejor dicho, una transición.
Tomemos como referencia el tema del consumo de drogas, podemos recordar como en las series de hace unos cuantos años, como Compañeros, el consumo de drogas estaba relacionado con sólo uno de los personajes de la serie y se atribuía esto como un problema mediano o serio en algunos casos. En contrapartida, nos encontramos con la situación actual tomando de ejemplo la serie Física o Química, también emitida por Antena 3, donde el consumo de drogas está bastante normalizado y se le da cierto atractivo a la idea. Todo esto sin contar con la serie británica Skins, que en cualquiera de sus tres temporadas es algo completamente natural que la totalidad de sus protagonistas sean habituales fumadores de porros y casuales consumidores de otro tipo de estupefacientes, aportándole atractivo y normalidad al hecho. También encontramos que en series como El Internado, uno de sus personajes principales (el papel de Iván interpretado por Ion González) es un habitual fumador a expensas de las estrictas normas que lo prohíben en el supuesto colegio en el que está interno, nos presenta a una juventud rebelde con un carácter sugestivo, algo que no se solía ver antes de la dura legislación contra el tabaco.
Además, a lo largo de esta década ha ido cambiando la concepción del sexo en las series juveniles. En las series juveniles de hace una década, a pesar de también haber referencias a la sexualidad como puede haberlas en las series de hoy en día, el sexo era tratado desde un punto de vista algo más reservado e incluso, en ocasiones, didáctico. No obstante, ahora el sexo en la adolescencia se trata como algo más naturalizado y corriente, algo que en cierto modo corresponde con la juventud actual, sin embargo se ha perdido ese didactismo que nos podía parecer tan barato pero que sin embargo puede beneficiar al público adolescente.
En todo esto hay algo inquietante, que a pesar de que los estereotipos mostrados en la televisión están basados en la juventud actual, se dedican más a crear una mayor distorsión en la imagen de la juventud que dedicarse reflejar la sociedad, inconsciente o conscientemente. De todos modos, esta progresión, por decirlo de algún modo, de valores de la juventud exhibidos por este tipo de programación se rigen por las exigencias del público. Por lo tanto, los valores de los personajes que aparecen serán tomados como referencia como imagen de juventud por parte de la sociedad y, lo que es peor, por parte de la propia juventud que buscará sentirse identificada con lo que ve.